Monday, September 15, 2014

Lourdes Millares, entre su hogar y la campaña en los barrios



Cuando el sol apenas dispara sus primeros destellos sobre el cielo sucrense, la jornada de la candidata a diputada plurinominal de Unidad Demócrata (UD) Lourdes Millares comienza. Un día especial en su familia, porque como madre debe festejar el quinto año del nacimiento de su única hija y como política asistir a varias actividades de corte proselitista.

Animal Electoral de La Razón acompañó una jornada entera a la postulante para conocer de cerca su actividad y presentarla a los electores del 12 de octubre, como lo hizo con el aspirante a primer senador del MAS por Santa Cruz, Carlos Romero, y otros candidatos.

07.05 del viernes. Millares a esa hora desciende de un taxi en la puerta de la red Uno, donde tiene prevista una entrevista en el programa El mañanero. Durante unos 15 minutos habla de su campaña y, particularmente, cuestiona el instructivo emitido por los campesinos de sancionar a sus bases si no votan “en línea”.

Contestataria y de carácter fuerte, Millares deja ver su rostro de madre. Pese a ser un día de intensa labor política, se da tiempo para organizar el cumpleaños de Lourdes Suárez, su hija de cinco años. Junto al papá, Wilson Suárez, le organizan una serie de actividades que comienzan con un desayuno en un local de la ciudad. Los tres, padre, madre e hija, comparten el desayuno con leche, chocolate, café, pan, galletas y jugos. Sin embargo, a ratos la conversación se paraliza por las llamadas telefónicas que recibe Millares de los encargados de su campaña y de periodistas.

En un paréntesis entre actividad y actividad, la candidata comenta cómo se inició en la política. Recuerda que en 1991, cuando ingresaba al curso preuniversitario de la carrera de Derecho de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, fue elegida por sus compañeros de aula como representante estudiantil para rechazar el cierre de los primeros cursos de la casa de estudios superiores. Así, repasa con nostalgia su paso por la universidad y reconoce que allí se consolidaron sus ideas políticas.

Dice que haber sido ejecutiva de la Federación Universitaria Local (1995) le permitió ganar experiencia, que luego se vio reflejada en otras tareas políticas que desarrolla. Dejando de lado por un momento sus recuerdos, Millares nuevamente se sumerge en su campaña. A las 10.00 de ese día convoca a una reunión a su equipo más cercano de colaboradores.

En la Casa de los Demócratas, ubicada en la calle Abaroa, planifica junto al jefe departamental de UD, Luis Ayllón, y otros candidatos la estrategia de esa jornada y, particularmente, la tarea del fin de semana, donde la campaña proselitista se hace más intensa.

Cuando el reloj está a punto de marcar las 11.00, pone un freno a toda actividad política. Se traslada rápidamente hasta el kínder de su hija, donde tiene prevista otra celebración de cumpleaños, esta vez junto a sus compañeritos. Los pro fesores del establecimiento previamente adecuaron un ambiente para festejar el onomástico de la pequeña.

El curso está adornado con globos, las pequeñas mesas contienen galletas, dulces y jugos. Al otro lado del aula está la infaltable torta junto a la piñata. Luego, y cargada de regalos, la familia Suárez Millares se traslada hasta un restaurante, también cerca de la plaza 25 de Mayo, donde los tres integrantes están pensionados. Millares admite que por la campaña no le alcanza el tiempo para preparar los alimentos. Después de una pequeña siesta, la postulante hace de profesora de su hija. Repasa junto a ella las enseñanzas y lecciones que recibió en su centro educativo.



Más tarde, la candidata deja a su niña al cuidado de su padre, director de radio Sucre, quien desde su hogar monitorea el desarrollo de las informaciones y prepara su programa de televisión C i rcui t o electoral, que se difunde de 21.00 a 22.00 en un canal local.

A las 18.00, Millares vuelve a la sede de Unidad Demócrata para continuar con la planificación de la campaña y comenzar una visita nocturna a barrios alejados del centro de la ciudad de Sucre.

Vestida con los colores que identifican a su partido, con una gorra, bandera en mano y acompañada de unos 50 militantes, Millares recorre las calles de la ciudad para hacer campaña puerta a puerta, entregando las principales propuestas de gobierno.

L A RAZÓN acompañó a la aspirante al barrio Lajastambo, colindante con el aeropuerto Juana Azurduy de Padilla, donde es evidente la falta de transporte público, iluminación y dotación de servicios básicos. Allí conversa, sobre todo, con amas de casa y recoge sus problemas. Dice que el tema común es la inseguridad ciudadana y se compromete a generar normativas que mejoren la integridad de las familias de la zona.

Durante el traslado al barrio San Juanillo, al otro extremo de la ciudad, la aspirante recuerda las funciones que cumplió en los 23 años de actividad política. Después de salir profesional en Derecho, militó en Nueva Fuerza Republicana (NFR), de Manfred Reyes Villa. Con el expostulante a la presidencia llegó a ser diputada suplente de Chuquisaca. Luego fue invitada por el extinto Poder Democrático y Social (Podemos) para ser candidata a la segunda plurinominal en las elecciones de la Asamblea Constituyente, sin embargo, no logró acceder al cargo por la baja votación que logró.

En la siguiente legislatura, también por invitación de Podemos, resultó elegida como diputada titular y, en esa función, asumió la

jefatura nacional de la bancada de la alianza opositora. Ella afirma que desde ese cargo defendió los intereses de su región, particularmente, en el tema de la pelea por la capitalidad plena para Sucre.

Trae a su memoria los momentos que vivió como parlamentaria. “Me tocó viajar a Pando en el caso Porvenir, era un momento de mucha tensión y yo temía por mi seguridad, no querían saber nada de la oposición y por eso pedí mayor seguridad. Yo siempre sostuve que fue un hecho político y que fue un enfrentamiento armado”. Para el

Gobierno, el 11 de septiembre de 2008 se produjo “una masacre” debido a la muerte de 18 campesinos que se habían movilizado para respaldar la nueva Constitución. A raíz del hecho, ese departamento fue militarizado y el exprefecto de Pando Leopoldo Fernández fue acusado por las pérdidas humanas.

Al terminar su gestión como diputada, ingresó en la disyuntiva de continuar con la vida política o dedicarse a la actividad profesional. Decidió aceptar otra invitación de una agrupación ciudadana y fue elegida concejala del municipio de postulante.

Sucre, cargo que dejó el 10 de junio para habilitarse como primera aspirante a diputada. A esa altura de la noche, ya en el barrio San Juanillo, retoma la campaña. Comienza a pegar adhesivos con los colores de la alianza política de oposición y luego hace conocer su propuesta electoral a los vecinos que, principalmente, son gremialistas y cuentapropistas. Su jornada concluye cerca de las 22.30.

Reconoce que, generalmente, cuando llega a su hogar encuentra a su hija dormida. A esa hora, lo que le queda es ver los programas nocturnos de televisión e informarse mediante los resúmenes de prensa de todo lo sucedido durante el día. Millares —que se formó políticamente en Alemania y España, y además es fundadora del Movimiento Demócrata Social del gobernador Rubén Costas— reflexiona y señala que el único interés en continuar con la vida política es lograr que su hija crezca y viva bajo un sistema democrático, sin abusos ni excesos de poder. Finalmente, agradece a Dios por la familia que tiene y que la comprende. “Wilson Suárez, que es ingeniero químico y periodista, es el hombre más crítico y duro con todo lo que hago, pero, a la vez, es mi mayor respaldo para continuar en la lucha política en Bolivia”, concluye la candidata tras la jornada con Animal Electoral.

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