Wednesday, September 16, 2015

Jose Maria Leyes Logró el amor y la Alcaldía

José María Leyes es el alcalde de Cochabamba desde hace poco más de dos meses y desde entonces su vida ha tenido cambios radicales. Pese a esto, su fe en Dios está intacta. Gracias a ella logró el amor de su esposa y ocupar la silla edil.

"Para mí Dios es todo y estoy absolutamente seguro que llegar a la Alcaldía fue un plan de Él. No hubiese ganado si Dios no hubiese querido, eso me queda muy claro", dijo.

Leyes obtuvo el 56 por ciento de los votos en la elección municipal del 29 de marzo de este año con su partido político Movimiento Demócrata Social (MDS). Su triunfo fue sorpresivo.

Los planes de Dios para Leyes fueron muy diversos y algunos caprichosos, pero logró encararlos gracias a su fe. Se considera un católico practicante y bendecido por la unidad de su familia. Es el único varón de su familia. Tiene dos hermanas del primer matrimonio de su papá y otras cuatro del segundo.

LUCHA POR AMOR

Encontró el amor hace 13 años en la que ahora es su esposa, Ingrid Lazaneo y madre de sus tres hijos Juan Pedro, de 6 años, José Andrés, de 4 y María José de 2.

La religión de su pareja, evangélica, no fue un impedimento para su relación y se unieron en matrimonio después de cinco años de enamoramiento.

Se conocieron bailando caporales en San Simón. La ceremonia se realizó en la iglesia Verbo Divino hace 8 años. Reconoce que no fue fácil que su entorno comprenda cómo es la convivencia entre dos personas de diferentes religiones.

"Vivimos en paz porque nos respetamos. Un sacerdote nos dijo una vez que los evangélicos y católicos nos concentramos en las pocas diferencias que tenemos y no en las muchas coincidencias. Eso ha cambiado nuestra vida. Vimos que nos une el amor a Dios", explicó.

La pareja acude a ambas iglesias. La única diferencia es que a Leyes le gusta visitar las diferentes parroquias para escuchar la misa y los mensajes de los diferentes religiosos, mientras con su esposa acude a una sola congregación, donde el pastor lo acepta, pese a que sabe que es católico.

Su fe se hizo más fuerte luego de tomar algunos cursos de teología que le gustaría profundizar en el futuro.

Leyes es abogado, con dos maestrías en derecho constitucional y derecho tributario.

Para relajarse, lo primero que hace es orar.

"Creo que es una fuente de relajación y fortaleza", aseguró. Pero también logra la paz que necesita reuniéndose con su familia o pensando en ella porque considera que ahí tiene otra fortaleza para seguir luchando por un futuro mejor.

MÁS DE SU VIDA

Leyes es un apasionado del deporte (fútbol) y reconoce que tiene el "corazón rojo" y su virtud es ser "wilstermanista".

Sus actividades en el municipio le impiden practicar su deporte favorito, pero sí le gusta escucharlo y verlo. También juega paleta y practica la natación.

En cuanto a la música, dice que le gusta de todo, menos el reggaeton y el heavy metal. Pero no solo es para escucharla, sino también bailarla, en especial el caporal. "Así conocí a mi esposa, bailando saya con mi negrita", ríe.

Consultado sobre cuáles son sus virtudes y defectos, dice que se le hace muy difícil.

Sin embargo, prefiere empezar por referirse a sus defectos.

"Soy muy impaciente y me exijo mucho a mí mismo, además que soy adicto al trabajo", añade.

Con relación a sus virtudes, destaca la persistencia, su racionalidad y ser una persona que le gusta encontrar consensos, después de ponerse en el lugar del otro para saber qué piensan y qué sienten.

Así: ¿Cómo ve a Cochabamba en los próximos cinco años?

José María Leyes (J.M.L.): La veo ordenada. Una ciudad que haya resuelto sus problemas de transporte, mercados y basura. Que respete las normas, con mucha educación y consideración por el otro (tolerancia).

La ciudad está a punto de resolver los problemas de los servicios básicos como son el agua potable y alcantarillado y tiene que empezar a mirar su futuro. Debe ser una Cochabamba próspera, donde la gente no tenga miedo de decir que le va bien. Que haya más ricos en Cochabamba y mejore el nivel de ingresos. Una ciudad moderna, segura y ecológica. Todo pasa por planificar y tenemos un equipo muy potente para hacerlo, eso nos da seguridad y tranquilidad.

Así: ¿Qué es lo que se debe hacer para lograrlo?

J.M.L.: Cochabamba tiene vocación de servicio y tenemos que empezar a especializarnos. No solo quedarnos como granero de Bolivia, sino que se pueda vender servicios al mundo. Estamos hablando de servicios tecnológicos, de salud, educación, turismo, deporte y otros.

También tenemos que seguir fomentando el agro y la industria, pero el principal capital son los recursos humanos. Nuestra gente es hábil y valiente, cruza el mundo para traer mercadería, va a China y genera recursos. El cochabambino es emprendedor por naturaleza. Tiene fortaleza y energía. Es eso lo que hay que saber canalizar.

Creo que es momento de creer más en nosotros como personas, confiar y criticarnos menos para apoyarnos más. No tenemos que olvidar que nuestros problemas son comunes. Con esta nueva dinámica, seguro solucionamos los problemas.

O: ¿Cuál fue su primer impacto al llegar a la Alcaldía?

J.M.L.: He recibido una Alcaldía desordenada en su interior y se ha trasladado ese orden a una ciudad que crece cada día más.

Incluso hemos encontrado indicios de corrupción y muchos problemas.

Es una institución muy grande, pero además, la Alcaldía se involucra en el 95 por ciento de las actividades de la sociedad cochabambina, de manera directa o indirecta. Eso es positivo porque nos da amplitud de trabajo, pero es una gran responsabilidad. Es la institución más cercana a la gente.

O: ¿Se han presentado muchos problemas?

J.M.L.: Sí, nos ha tocado hacer gestión dentro de una crisis económica y que al 2016 vamos a sufrir un descuento del 44 por ciento del presupuesto. Hemos recibido una Alcaldía con menos recursos.

Antes de ser alcalde, tenía muchas expectativas y ahora, en vez de disminuir han aumentado porque al margen de las condiciones económicas y la nueva realidad financiera, creo que tenemos la capacidad de sacar adelante la ciudad.

O: ¿Cómo ve actualmente a

Cochabamba?

J.M.L.: He tenido la suerte de conocer, se podría decir, el 90 por ciento del municipio, lo he caminado y veo que se ha expandido muchísimo.

Creo que la Plaza Principal ya no es el centro de la ciudad, puede ser el centro histórico, pero ahora los distritos 5, 6, 10 y 11, que forman parte de la zona sur y están por la avenida Suecia y Jaihuayco, son el centro.

He percibido que los cochabambinos están cansados de la política y quieren gestión para vivir mejor. No importa del partido político que seamos, debemos darle un ejemplo de trabajo al país.

El Gobernador debe confiar en mí, como yo confío en él. Tenemos ganas de culminar esa etapa de Cochabamba dividida y enfrentada, compartimos esa visión. La elección terminó y ahora queda la gestión.

O: ¿Cómo es una jornada de trabajo para el Alcalde?

J.M.L.: Empiezo a las seis de la mañana con la coordinación. A veces programamos reuniones con diferentes sectores desde las 5 de la mañana porque estamos más frescos y relajados.

Durante la mañana tenemos una agenda diversa y plural. Intercambianos criterios, visitamos barrios, escuchamos demandas y otros aspectos más. También se atienden trámites administrativos que normalmente dejo que se acumulen tres días para la firma, revisión, cambios o correcciones.

He perdido el privilegio de almorzar con mi familia. Los dejo durmiendo y los encuentro durmiendo. Pese a eso, tengo mucho apoyo y comprensión de mi esposa. Un día me envió por WhatsApp un video de mi pequeña dando sus primeros pasos. Mi familia entiende que lo que hago es para dejarles una mejor ciudad, sociedad y futuro.

Me gusta salir por la noche con mi familia y pasear. Les muestro todo lo que estamos haciendo porque estoy comprometido con lo que hago.


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